Por Luis García Pelatti
Disculpen que sea tan ruda, pero los acontecimiento recientes muestran que a pesar de la advertencia no hemos entendido lo que se nos viene encima. La posibilidad de que las agencias clasificadoras degraden la deuda de Puerto Rico es real y no una estratagema de los políticos para imponer más contribuciones. Si no se aprueban las medidas necesarias para reducir el déficit presupuestario antes del 30 de junio, la degradación va. Y las consecuencias serán de tal magnitud que los últimos años de crisis parecerán un fiesta en comparación con lo que se avecina.
Rolando Emmanuelli Jiménez
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